La eternidad 5
La rebelión comenzó en las selvas y poco a poco se unieron las demás tribus del continente. Las armas arrebatadas al enemigo sirvieron para equipar el incipiente ejército. Sobre los lúmix cayó una arrolladora fuerza. Sus defensas se tambalearon y se derrumbaron. A partir de ese momento, no hubo piedad para ellos. Una a una sus ciudades fueron destruidas, sus habitantes masacrados. No escapaban a esta matanza ni mujeres ni niños. A duras penas, Sip y sus oficiales podían contener la masacre. Tantos años de resentimiento hacen imposible la labor. Todo aquel que hubiera vivido bajo la sombra lúmix, o compartido sus ideas, era un enemigo. En un último esfuerzo los lúmix se agruparon con lo mejor de sus tropas, Los Luminosos, en la Ciudad fortaleza de Rama, situada en el nacimiento del río que le da nombre, con lo que obtuvieron una buena posición estratégica. No les faltaba el agua gracias a los manantiales y su espalda se asentaba sobre la cordillera azul, formada por una infranqueab...